La pandemia del coronavirus se identificó por primera vez en diciembre de 2019 en la ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei, en China, al reportarse casos de personas enfermas con un tipo de neumonía desconocida. Los individuos afectados tenían vinculación con trabajadores del Mercado Mayorista de Mariscos de Wuhan. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la reconoció como una pandemia global el 11 de marzo de 2020. La emergencia sanitaria en el Perú comenzó el 15 de marzo del presente año. Se ha evidenciado la precariedad de nuestro sistema de salud y la urgencia de una reforma profunda. 

Con respecto a la pandemia. Debemos evitar perder lo alcanzado a la fecha. Debemos pasar a una cuarentena inteligente, sujeta a permanente monitoreo. Vamos a la cuarentena por sectores, con el riguroso uso de las mascarillas, el distanciamiento, el lavado periódico de las manos. Debemos reducir filtraciones, utilizar termómetros, pruebas rápidas y monitoreo georreferenciado.

En transporte, el mayor uso de un combustible más barato y limpio como el gas natural puede mitigar la necesidad del uso de subsidios para la operación de un transporte racionalizado y que cumpla las normas de bioseguridad. En algunas actividades como minería y vehículos menores se abre camino a la electromovilidad.

Debemos seguir con el operativo en mercados. Los mercados itinerantes ayudan mucho. Planes de emergencia para reubicar a tantos vendedores ambulantes, con control sanitario estricto. Hacer Guías más simples y didácticas para el sector de Pymes. La eficiencia energética puede ayudar mucho como fórmula de crédito y asistencia técnica, para elevar la productividad y reducir costos en tantos emprendimientos.

Unir esfuerzos articulados con el sector privado y la academia no es sólo tarea del gobierno. Los bonos de ayuda no pueden sostenerse mucho tiempo, hay que hacer programas de reinserción a la economía de las Pymes, no sólo de las grandes empresas. Vamos hacia un nuevo orden sanitario. Esto incluye al productor del campo, a la agricultura. Somos un país en guerra.

En el sector energía se ha afectado la cadena de pagos. Una fuerte disminución de la demanda eléctrica en el orden del 30%. Principalmente por la disminución de la demanda de las grandes cargas industriales y comerciales. Hay un incremento del margen de reserva del sistema eléctrico nacional de 57% a 130%. El despacho de la generación eléctrica ha sido principalmente renovable, hidroeléctrica, solar, eólica y biomasa, con limitada participación de la generación térmica a gas natural en las horas punta. Se mantiene la distorsión de precios entre clientes libres y clientes regulados, estos últimos pagan el doble por la generación. 

La disminución de la demanda ha generado algunos problemas de sobretensión en las redes de distribución, con lo cual se ha incrementado las fallas en algunas zonas. Las empresas señalan que si bien en marzo se ha recaudado aproximadamente el 50%, en abril esto habría disminuido al 30% ya sea por falta de pago o por el fraccionamiento de los pagos dispuesto, que ahora ha sido ampliado a un mayor universo. De un pago por consumo de 56 soles aproximadamente, que era el tope para las facilidades de pago, ahora se extiende a las familias que pagan mensualmente hasta un monto de 150 soles. Esto cubre al 80% de clientes residenciales. 

Se discute la obligatoriedad de esta norma, o si es potestativa. Esto obliga a las empresas distribuidoras a financiar una deuda mayor. No obstante, los intereses compensatorios por el fraccionamiento de los consumidores más humildes, serán asumidos por el FISE y respecto de la falta de pago de los mayores consumidores y no residenciales, por ahora corresponde a cada empresa distribuidora entablar comunicación con cada uno de ellos para que puedan acordar los pagos, o proceder al corte.

Paralelamente disminuyó el precio de GLP para consumo residencial por su exclusión del Fondo de Estabilización de Precios y el menor precio internacional, de los derivados del petróleo. El GLP ha sido por mucho tiempo un competidor desleal del gas natural, por los subsidios como el FISE y sobre todo el Fondo de Estabilización de Precios, que provocó el contrabando interno, por la diferencia entre el precio del GLP envasado, subsidiado y el GLP a granel, a precio internacional. Recordemos que hoy somos importadores netos de GLP.

Con la recesión que provoca la pandemia, es fundamental salvar a la mayor parte de PYMES. Para que crezcan y se desarrollen, debemos aumentar la productividad y competitividad, obtener precios más competitivos de energía y acelerar así el proceso de reactivación de la economía. Esto se puede lograr promoviendo las energías renovables y la eficiencia energética. Una de las medidas de reactivación económica es la introducción de medidas de eficiencia energética y la generación distribuida para las PYMES, y de esta manera disminuir sus costos de electricidad e indirectamente disminuir la emisión de gases de efecto invernadero. Más del 98% de las empresas del país son PYMES. Acompañar la bioseguridad mejorando la competitividad de las pequeñas empresas. El Estado debe proveer asistencia técnica, capacitación del capital humano y líneas de crédito en eficiencia energética y generación distribuida. Se lograría ahorro de costos por optimización en el uso de recursos, mayor confianza de los clientes. Rentabilidad y competitividad en sus mercados. Fortalecimiento de los procesos y cadenas productivas. Ampliar la infraestructura y mejorar la tecnología.

La generación distribuida o descentralizada es una parte fundamental en una ciudad inteligente y sostenible. Consiste en la generación de energía eléctrica mediante muchas pequeñas fuentes de generación que se instalan cerca de los puntos de consumo. La generación distribuida se basa en la cooperación entre esta microgeneración, el distribuidor y la generación de las centrales convencionales. Esta distribución hace que la generación sea más equilibrada, y que la ciudad inteligente o Smart City no dependa tanto de las grandes centrales. Además, la microgeneración implica el uso de las energías renovables, lo que contribuye a reducir costos y contaminación, reducir las emisiones de CO2.

Tenemos que mejorar la normativa actual. Fortalecimiento de capacidades técnicas en materia de las nuevas tecnologías propuestas. Otorgar incentivos a las Empresas Concesionarias de Distribución Eléctrica para el desarrollo del Programa de Distribución de lámparas energéticamente eficientes, con el respaldo del FISE. Contar con el apoyo y compromiso de los gobiernos locales involucrados. Implementar proyectos piloto que permitan generar información y testimonio de las mejores prácticas de eficiencia energética y bioseguridad. 

Es importante contar con los recursos necesarios para la inversión en estas nuevas oportunidades, operación y mantenimiento de las medidas. Promocionar y socializar las medidas a nivel nacional. Hay cuatro componentes fundamentales: i) eficiencia energética, orientada a reducir el consumo energético. ii) energías renovables, con las cuales se busca incrementar la participación de fuentes renovables en la matriz energética, para reducir costos de la energía, reducir la contaminación y descentralizar la infraestructura. iii) transporte sostenible, enfocado en el uso de fuentes energéticas que generen ahorros y menos emisiones de GEI, en reemplazo del petróleo, principalmente el diésel. iv) eficiencia energética en el transporte y PYMES. Se busca incrementar el uso de vehículos eléctricos, híbridos o con combustibles fósiles más eficientes y económicos en la flota vehicular, como es el gas natural. Esto mitiga la necesidad de subsidios al transporte racionalizado. Las crisis en la historia son una brillante oportunidad para acelerar los cambios.